Uno de los mitos más comunes es creer que el protector solar sólo debe ser utilizado en tiempos de calor o cuando se realizan actividades al aire libre; sin embargo, hay muchos factores que afectan a nuestra piel, incluyendo, el sol, aunque no lo veas.
El protector solar genera una barrera en la piel que la protege de los efectos perjudiciales de radiaciones UVB y UVA a la que diariamente está expuesta, incluso, dentro de casa u oficina.
En el mercado podemos encontrar básicamente dos tipos de productos, los que reflejan la luz y otros que la absorben, depende de su tecnología y activos.
¿Qué son los rayos UVB y UVA?
La radiación se clasifica principalmente en dos tipos: Ultravioleta A y ultravioleta B. La luz solar es la principal fuente de esta radiación, pero podemos encontrarla también en algunas lámparas o camas de bronceado.
Los rayos UVA broncean la piel, causando a largo plazo el envejecimiento de sus células. Los rayos UVB; tienen un poco más de energía y pueden dañar directamente el ADN de las células de la piel, causando quemaduras y cáncer.
Los efectos negativos de los rayos de sol en tu piel
- Poner una generosa capa de manera uniforme
- Por lo menos 15 minutos antes de la exposición solar
- Es importante aplicarlo en zonas como párpados, orejas o detrás del cuello
Una clave importante es la re-aplicación, no es suficiente aplicarlo una sola vez y debes tomar en cuenta su uso por lo menos cada 2 horas, según recomiendan dermatólogos.
Algunos estudios arrojan que 80% de los casos de cáncer de piel pudieron haberse prevenido sólo con el hábito de aplicación de protector solar.