Luego de tres meses consecutivos a las baja, la inflación aceleró en febrero al ubicarse en 3.77% anual, su nivel más alto desde diciembre de 2024.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el índice de precios subyacente, que determina la trayectoria de la inflación general en el mediano y largo plazo, se ubicó en 3.65% a tasa anual.
Por su parte, el índice de precios no subyacente, que incluye los productos cuyo precio es más volátil y las tarifas autorizadas del gobierno, tuvo un crecimiento de 4.08% anual.
Entre los genéricos que más incidieron el avance de la inflación durante el segundo mes del año destaca el huevo con un avance mensual de 5.71%; las loncherías, fondas, torterías y taquerías con un incremento de 0.96%, en tanto que la carne de res se encareció 2.47 por ciento.
Perspectivas
De acuerdo con Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, hacia adelante, destacan los siguientes riesgos al alza para la inflación de México:
1. Aranceles y tensiones comerciales. No se descarta que el presidente Donald Trump imponga aranceles sobre México y que el gobierno de México quiera responder con aranceles de igual magnitud. Lo anterior ocasionaría presiones inflacionarias en México. Además, la imposición de aranceles puede generar disrupciones en las cadenas de suministro y propiciar escasez de productos, lo que elevaría su precio en el mercado.
2. Depreciación del peso. Existe el riesgo de que por la amenaza de los aranceles el peso pueda mostrar periodos de alta volatilidad y depreciaciones, lo cual incrementaría primero el precio de los artículos importados. De permanecer las depreciaciones del peso, se vería reflejado en el resto de la economía.
3. Energéticos, pues a pesar de que en febrero se desaceleraron, sigue latente el riesgo que puedan subir
nuevamente tanto por la depreciación del peso como por el incremento a nivel internacional.
4. Inseguridad pública, que afecta particularmente a los subcomponentes de servicios y productos
agropecuarios.
De acuerdo con Siller, es importante mencionar que, la debilidad en la actividad económica de México podría ayudar a que la inflación descienda más rápidamente al objetivo del 3% del Banco de México.
«Por ello, ajustamos a la baja su expectativa de inflación para 2025 a 3.6%. A pesar del reciente repunte en la inflación, este ajuste responde a que las presiones provinieron principalmente del componente no subyacente».
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