Por Enrique Hernández
El triunfo de Donald Trump dispara el poder adquisitivo de los mexicanos que reciben remesas.
“Al convertir las remesas de dólares a pesos, y ajustarlas por inflación se observó un crecimiento de 23.9 por ciento en noviembre de 2024, superior al incremento de 2.3 por ciento en octubre”, señala Víctor Ceja, economista en jefe de Valmex.
El tipo de cambio acumula seis meses consecutivos de crecimiento en el poder adquisitivo de las remesas, lo cual favorece el ingreso de los hogares (de los mexicanos que reciben dinero de Estados Unidos) y el consumo privado, expresa el economista.
Agrega que el mayor dinamismo en el poder adquisitivo se explica principalmente por una mayor depreciación del tipo de cambio, la cual fue más notoria con el triunfo de Donald Trump, quien ha amenazado a México de imponer aranceles y otras medidas para que frene el tráfico de fentanilo y personas.
“Las remesas podrían mantener dinamismo derivado de la resiliencia de la actividad económica en Estados Unidos y una trayectoria descendente de la inflación en México”, añade Víctor Ceja.
Durante el último año, el tipo de cambio se ha depreciado más de 21.44 por ciento frente al dólar, especialmente por el nerviosismo a las políticas migratorias de Donald Trump, según ActivTrader, la plataforma de trading de ActivTrades.
Al 6 de enero de 2025, el tipo de cambio cotizó en 20.44 pesos por dólar frente a los 16.83 pesos por dólar de igual día del año pasado.
En 2025, las políticas propuestas por el presidente electo Donald Trump en relación con deportaciones masivas podrían tener un efecto negativo en el flujo de remesas hacia México, detalla Valmex.
Hace 8 años, en noviembre de 2016, cuando Donald Trump ganó las elecciones presidenciales en su primer término de gobierno, las remesas tuvieron un súbito incremento de 25.8 por ciento, cuenta Juan José Li Ng, economista de BBVA Research.
El aumento en el envío de remesas fue debido a las amenazas del endurecimiento en la frontera, de deportaciones masivas y por un posible impuesto a las remesas, comenta el analista del banco de origen español en México.
“En ese mes, el peso mexicano se depreció 5.2 por ciento frente al dólar estadounidense, debido en parte por los posibles riesgos de la negociación del entonces Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)”.
En noviembre de 2024, con la victoria electoral de Donald Trump para un segundo término de gobierno: “El peso mexicano tuvo una depreciación mensual de 3.3 por ciento frente al dólar estadunidense, la cual podría considerarse como una fluctuación dentro de los rangos del mercado”, añade.
Las remesas son una fuente muy importante de ingresos de divisas para América Latina y el Caribe, expresa el analista de BBVA Research.
En América Latina, hay varios países que tienen alta dependencia hacia las remesas, medido como su proporción respecto del producto interno bruto (PIB) en 2024.
Por ejemplo en Nicaragua equivale al 27.2 por ciento del PIB, en Honduras a 25.2 por ciento, en El Salvador a 23.5 por ciento, en Guatemala a 19.6 por ciento, en Haití a 18.7 por ciento y Jamaica a 17.9 por ciento.
Venezuela y Cuba son importantes receptores de remesas en América Latina y el Caribe y con alta dependencia hacia estos recursos, sin embargo, no se tiene información disponible.
“Si se presentara una fuerte deportación de migrantes desde Estados Unidos, el cual es uno de los principales destinos de la migración de estos ocho países, es posible que el flujo de remesas pudiera verse afectado y que pudiera acarrear afectaciones económicas a estos países”.
Un escenario con deportación masiva es muy poco probable, pero es más factible que la nueva administración del presidente Trump va a aplicar medidas para aumentar las deportaciones (aprehensiones, remociones y expulsiones), pero sin que en los datos se observa un aumento significativo en comparación a las cifras históricas, concluye el economista de BBVA Research.
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