El Senado de la República aprobó el dictamen de la «Ley Silla», una reforma a la Ley Federal del Trabajo que establece el derecho de los trabajadores, en sectores como comercio y servicios, a contar con asientos adecuados para descansar durante su jornada laboral.
La ley contempla multas para los empleadores que no cumplan con sus disposiciones. Estas multas podrían ir desde 250 hasta 2,500 veces la Unidad de Medida y Actualización, lo que equivale a un rango de 27,142 a más de 270,000 pesos.
La iniciativa, que busca mejorar las condiciones de salud y bienestar de los empleados, también prohíbe que se les obligue a permanecer de pie durante toda la jornada laboral.
De acuerdo con datos del sector laboral, tres de cada diez empleados afirmaron que trabajan de pie la mayor parte del día o de su jornada, sobre todo en aquellos que laboran en comercio al por menor.
El 56 por ciento de los empleados que trabajan de pie consideró que contar con una silla o asiento durante la jornada laboral mejoraría su bienestar físico y emocional en el trabajo.

La Ley Silla obliga a los empleadores a tener sillas para el descanso de los trabajadores

La reforma introduce modificaciones al artículo 132, obligando a los empleadores a proporcionar sillas con respaldo en áreas designadas. Asimismo, el artículo 133 prohíbe explícitamente la permanencia continua de pie, mientras que el artículo 423 regula estos derechos en los reglamentos internos de las empresas.
Jesús Moscoso, CEO de ESSAD y abogado experto en temas laborales, destaca que «esta reforma es un hito en la legislación laboral mexicana, ya que no solo atiende un tema de salud física al reducir riesgos de fatiga y lesiones musculares, sino que también refleja un cambio cultural hacia entornos de trabajo más humanizados».

Los beneficios para los trabajadores de esta nueva ley

Un análisis de ESSAD determinó cuáles son las bondades y retos de esta nueva normativa:
1. Mejora en la salud y bienestar laboral
Proveer asientos adecuados puede reducir problemas de salud relacionados con la permanencia prolongada de pie, como dolores musculares, fatiga y trastornos circulatorios. Esto también disminuye el ausentismo laboral y mejora la satisfacción de los empleados.
2. Incremento en la productividad
Al facilitar descansos adecuados, los empleados pueden recuperar energía y mantener un rendimiento más consistente durante sus turnos, lo que beneficia la calidad del trabajo y la atención al cliente.
3. Fortalecimiento de la reputación empresarial
Cumplir con la «Ley Silla» puede proyectar una imagen de responsabilidad social corporativa, atrayendo talento y mejorando las relaciones laborales.

Mientras que los retos serán:

1. Inversión inicial
Las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, deberán invertir en la compra de mobiliario adecuado y posiblemente rediseñar espacios de trabajo para cumplir con la ley. Esto puede representar un costo significativo para algunos negocios.
2. Cambios en la cultura organizacional
Adaptarse a esta normativa implica no solo proveer sillas, sino también fomentar una mentalidad que valore el bienestar del trabajador. Esto podría requerir capacitación y ajustes en la supervisión laboral.
3. Impacto en sectores específicos
Áreas como el comercio y la atención al cliente, donde tradicionalmente se exige que los empleados permanezcan de pie, enfrentan desafíos para integrar descansos o espacios de descanso sin afectar la operación cotidiana.
Moscoso señala que, aunque la implementación puede representar un reto inicial para las empresas, los beneficios a largo plazo en términos de productividad, retención de talento y cumplimiento legal justifican plenamente estas adaptaciones. Además, resalta que este cambio debe ser visto como una inversión en capital humano, clave para la competitividad empresarial en el futuro.

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