En México hay más de 5 millones de negocios de todos los tamaños y giros, de los que sólo 18% tienen la protección de un seguro, estima la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).

En un contexto en el que, según expertos, 40% del territorio mexicano está expuesto a un riesgo ya sea sismos, sequías, inundaciones, incendios o huracanes, resulta relevante que las empresas consideren la protección de un seguro.

“Tener una póliza de seguro es una protección para los bienes muebles e inmuebles de la empresa ante una pérdida económica derivada de los daños causados por eventos derivados de la naturaleza, como los sismos. Así, en caso de que ocurra, las empresas podrán contar con recursos destinados a la recuperación de la pérdida”, expone Alicia Martínez, Subdirectora de Autos, Daños y Fianzas en Eikos.

México se encuentra en una zona de alta sismicidad, debido a la interacción de cinco placas tectónicas: la de Norteamérica, la de Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la placa del Caribe, así lo informa Servicio Sismológico Nacional (SSN).

“Generalmente se piensa que el seguro es caro pero su costo va relativamente en función de los valores asegurados y la zona de riesgo, debido a que se considera el factor de la zona sísmica”, comenta Martínez.

 

¿Cómo asegurar mi negocio de sismos?

Para que una empresa esté blindada económicamente ante eventos como los sismos debe adquirir una póliza Todo Riesgo o Riesgos Nombrados, en donde se especifique la cobertura de Terremoto y/o Erupción Volcánica.

“Esta cobertura ampara el edificio y sus contenidos declarando las sumas aseguradas por separado. Para el edificio se debe considerar cuánto costaría volver a construirlo, considerando las instalaciones hidráulica, eléctrica y sanitaria, sin el valor del terreno. Pero si se quiere blindar los contenidos, se debe declarar el valor para reponer mobiliario, maquinaria e inventarios”, apunta la experta.

Detalla que ante fenómenos naturales como los sismos y la protección de la infraestructura, las empresas pueden protegerse de dos formas:

1) El seguro Todo Riesgo Daño Material cubre los daños causados por eventos súbitos e imprevistos que afectan los bienes tangibles de una empresa, según su cobertura.

Ofrece protección ante incendios, explosiones, fenómenos hidrometeorológicos, sismos, inundaciones, robos, averías de maquinaria, materiales, suministros y lucro cesante. Vale la pena resaltar que se considera como lucro cesante a las ganancias o ingresos que deja de obtener una empresa o negocio como consecuencia de un daño o perjuicio que se produzca.

2) Se puede proteger todo, siempre y cuando esté declarado en la póliza y de acuerdo con el giro del asegurado.

Ampara el edificio, cristales, mejoras y adaptaciones, inventarios, maquinaria, equipo, mobiliario, mercancía, pérdida de utilidades, salarios y gastos fijos.

Además, mediante convenio se pueden incluir bienes a la intemperie tales como: cimientos, albercas, bardas, patios exteriores, escaleras exteriores y cualquier otra construcción separada del edificio.

“Es importante mencionar que, en los seguros de daños se consideran dos participaciones del asegurado. Por un lado está el deducible, que se basa en un porcentaje sobre la suma asegurada. Y también el coaseguro, que es el porcentaje aplicado sobre la pérdida o daños”, concluye  Martínez.

 

¿Qué debe hacer una empresa con seguro y daños por sismo?

Se sugiere ponerse en contacto con su asesor de Seguros para que efectúe el reporte del siniestro a la aseguradora. Así se realizará el levantamiento de daños y procederá con el trámite de indemnización y recolección de documentos.

Es importante sugerir que, para fines prácticos, las empresas realicen periódicamente la documentación de la infraestructura del edificio y, en caso de contar con la cobertura también de contenidos, tengan facturas y fotografías que amparen la comprobación de los objetos.

 

 

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