¿Sabías que en 22 estados del país es obligatorio tener un seguro de autos básico o que dicha medida existe desde 2019 para todos los autos que circulen por vías, caminos y puentes federales?

En contraste con lo que se llega a pensar, considerando todo lo que nos puede dar un seguro en caso de tener un siniestro (término formal para referirse a cualquier tipo de accidente), en el fondo las pólizas son económicas y muy diversas según las necesidades de cada persona.

Sin embargo, ya sea que se tome en cuenta la obligatoriedad del seguro o la importancia de sus alcances para la tranquilidad de los conductores, durante años lamentablemente se ha mantenido la tendencia de que sólo 3 de cada 10 unidades circulando en el país están aseguradas, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

El dato es constantemente corroborado por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), estimando hace poco que aproximadamente 44 personas mueren al día por accidentes viales en nuestro territorio.

¿Qué cubre un seguro para autos básico?

Tener un seguro vehicular básico significa que al menos contemple la cobertura llamada «responsabilidad civil por daños a terceros», un instrumento financiero también conocido como «seguro de responsabilidad civil obligatorio federal», el cual indemniza a externossi tras un accidente vial hubo daños materiales en sus bienes, lesiones corporales, incapacidades temporales y/o permanentes e incluso la muerte.

Según las coberturas que abarque el paquete elegido, o si se armó alguno «a la medida» sumando una por una para personalizar los servicios que realmente se necesitan, un seguro puede ahorrar dolores de cabeza y no tener que gastar dinero ante un sinfín de siniestros; incluyendo desastres naturales que provoquen la caída de un árbol sobre el auto, por ejemplo, cuyo costo derivado puede alcanzar los 25 mil pesos según la AMIS, aunque en situaciones catastróficas el importe llega a ser mayor.

Lo que debes considerar al contratar

Si acabas de adquirir tu propio auto, estás por manejar ese que ya tenías o le darás a uno de tus hijos el primero para iniciarse en la conducción; antes de empezar a circular es muy importante tener una póliza de seguro vigente. A continuación, Quálitas enlista 4 puntos básicos a considerar para contratar este tipo de productos financieros:

1. ¿Qué quieres proteger?

Aunque parezca obvio, un primer paso que aplica para contratar cualquier tipo de seguro es reunir la información de lo que queremos asegurar, empezando por la documentación original y el valor estimado del vehículo, en este caso. Y después, enlistar exactamente ante qué circunstancias queremos proteger el vehículo, para buscar la solución ideal entre las coberturas clásicas o beneficios extra que hay en el mercado.

2. Costo de la póliza

Conoce cómo se calcula la prima de tu seguro, un tema que Quálitas explica en su blog oficial. Factores como la marca y modelo del vehículo, tu historial de manejo y hasta la zona donde resides pueden influir en el presupuesto final. Para comparar fácilmente las opciones disponibles en el sector nacional, usa los simuladores de la Condusef, recientemente actualizados.

3. Límites y conceptos

Entiende los deducibles, que es la cantidad que deberás sacar de tu bolsillo antes de que el seguro cubra el resto por el daño ocasionado. También asegúrate de conocer los lineamientos de la cobertura y la suma asegurada, que determinan el máximo a pagar por la compañía tras un siniestro o la conjunción de varios en el periodo vigente de la póliza contratada. Para ello, ayuda bastante aprender sobre ciertos conceptos ampliamente utilizados en el tema de los seguros.

4. Procedimientos y exclusiones

Infórmate sobre el proceso de reclamaciones, conoce los pasos a seguir después de un accidente o robo, y asegúrate de que los trámites sean claros y sencillos aparte de realizarse en el sitio web oficial o app de la aseguradora. Es muy importante poner atención a las exclusiones de la póliza, que son situaciones que no están cubiertas por el seguro; comúnmente incluyen daños por conducción bajo efectos del alcohol o drogas y afectaciones intencionales, por ejemplo.

En la industria existe una frase que dice «el mejor seguro es el que no se usa», pero eso no significa que debamos ver a este producto financiero, como un gasto extra o un gasto innecesario, al contrario.

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