Por Enrique Hernández
Una tormenta perfecta convertirá a México como el mayor importador de maíz amarillo al cierre de 2024.
Y esa tormenta es impulsada por la sequía y las políticas agrícolas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, como la prohibición del glifosato (vitaminas para aumentar la producción de granos y alimentos).
“En este sexenio lo único que ha estado pasando es que cada vez somos más dependientes de las importaciones de otros países, principalmente Estados Unidos, Argentina y Brasil”, declara Luis Fernando Haro, director del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
La realidad es que habrá una menor producción de maíz blanco y amarillo por las cuestiones climáticas en 2024, afirma Juan Cortina Gallardo, presidente del CNA.
En Sinaloa las presas de agua están al 20 por ciento de su capacidad, lo cual no alcanzará para regar miles y miles de hectáreas de maíz, cuenta el producto de azúcar.
El estado de Sinaloa es el principal centro productor de maíz de México, por lo que “habrá una afectación en la producción de granos”, comenta el empresario.
Sin embargo, por la falta de agua, crédito y glifosato, tendrá una caída en la producción de 3 millones 500 mil toneladas de maíz en 2024, respecto a lo cosechado en 2023, expresa el director del CNA.
“Eso nos va a convertir en el primer país importador de maíz (amarillo) en el mundo, superando a China y se estima que para este año (se compre en el extranjero) entre 21 millones de toneladas y 22 millones de toneladas”, dice Luis Fernando.
México compró más de 5 mil 872 millones de dólares de maíz en Estados Unidos, Brasil y Argentina, según el Banco de México.
Al cierre de 2023, los productores de carne y la industria mexicana hicieron compras de maíz amarillo en el extranjeros, a pesar de que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador emitido un par decretos para frenar el consumo del grano en México.
De acuerdo con cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) la producción de maíz pasó de 26 millones 553 mil 239 toneladas en 2022, a 24 millones 931 mil 494 toneladas de ese cereal el año pasado.
Lo que significó una pérdida de 1 millón 621 mil 745 toneladas.
El 5 de febrero de 2024, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador presentó 18 reformas constitucionales y dos legales.
Entre las 20 reformas, hay una donde propone prohibir la siembra y consumo humano del maíz transgénico (o amarillo) y también se habla de frenar el consumo del glifosato.
Una decisión gubernamental que abrió una disputa comercial con Estados Unidos y hasta hoy no ha sido dirimida entre las partes.
En abril de 2020, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador publicó la Ley Federal para el Fomento y Protección del Maíz Nativo.
En sus artículos 3 y 4, reconoce legalmente a la producción, comercialización, consumo y tradicional diversificación constante del maíz como manifestación cultural nacional.
Y como garantía del derecho humano a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad.
Luis Fernando Haro afirma que México no ha logrado autosuficiencia alimentaria en varios granos y alimentos, entre ellos el maíz.
A pesar de que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador prometió que habría falta de alimentos.
Gran parte de la importación del maíz es amarillo, que es usado en la alimentación de aves, reces y cerdos, así como edulcorantes o materia prima para la industria refresquera y alimentaria.
La demanda de maíz blanco está cubierta con la producción actual, a pesar de que se prohibieron las importaciones del alimento transgénico para que no sean usadas en la producción de masa y tortillas.
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