Por Enrique Hernández

Las manos de 8 mil 653 personas privadas de la libertad en las cárceles de la Ciudad de México son movidas todos los días para fabricar a escala Basílicas de Guadalupe, combis, motocicletas, metros, metrobuses, patrullas, cables, así como pan, rosca de reyes, piñatas, lentes para los eclipses y cualquier arte que soliciten.

Hazme Valer

Foto Especial. Hazme Valer

“Actualmente, 15 mil personas privadas de la libertad se encuentran asignadas a alguna comisión laboral (para que fabriquen artículos de la marca Hazme Valer, Productos Penitenciarios).

Lo que representa el 57.69 por ciento del total de la población penitenciaria de la Ciudad de México”, revela la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México.

Los presos encargados de hacer arte purgan condenas en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte, Varonil Sur y Varonil Oriente.

Así como en los Centros de Ejecución de Sanciones Penales Varonil Norte y Oriente, en la Penitenciaría, Centro Varonil de Rehabilitación Psicosocial.

También fabrican productos como sillas, Centro Varonil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla.

Centro Femenil Reinserción Social Tepepan, Casa de Medio Camino, Cevasep I, Cevasep II.

En 2019 se inició el proceso para la creación de la marca institucional, a través de la convocatoria en los centros penitenciarios y con la participación de la población privada de su libertad.

Se seleccionó el nombre Hazme Valer y se registró ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial como: Hazme Valer, Productos Penitenciarios.

Hazme Valer, Productos Penitenciarios constituye uno de los elementos más significativos como generador de valor en los productos de las cárceles.

Ya que en ellos las personas privadas de la libertad plasman sus costumbres, identidad, necesidades, intereses, hábitos de vida, competencias laborales y expresiones.

Con la finalidad de garantizar su calidad y desarrollar estrategias de comunicación al exterior de los centros penitenciarios para que una mayor cantidad de personas reconozca el trabajo y esté en posibilidades de adquirirlo.

Las flores de nochebuena son cultivadas por 40 personas privadas de la libertad del Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla y del Centro de Ejecución de Sanciones Penales Varonil Oriente, dijo.

La capacitación recibida por las personas privadas de la libertad en los huertos urbanos se apega a los estándares de competencia de Cosecha de Flor de Corte y Cosecha de Hortalizas.

Así como es certificada por el Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales (CONOCER) de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Además, tiene como objetivo realizar el cultivo, cuidado y cosecha de flores de nochebuena, que son comercializadas bajo la marca Hazme Valer, Productos Penitenciarios.

La marca Hazme Valer, Productos Penitenciarios forma parte del modelo productivo de autoempleo implementado por la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

Para que las personas privadas de la libertad obtengan un sustento económico ampliando sus posibilidades de emprender un negocio al obtener su libertad y con ello disminuir los factores de riesgo de reincidencia.

Las personas privadas de su libertad de los centros penitenciarios de la Ciudad de México fabrican las roscas de reyes y piñatas, bajo la marca Hazme Valer, Productos Penitenciarios.

Otras  30 personas privadas de la libertad del Reclusorio Preventivo Varonil Sur y de la Penitenciaría de la Ciudad de México fabricaron roscas artesanales con motivo del Día de Reyes, que se celebra cada 6 de enero.

Un grupo de ocho mujeres del Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, ubicado en la alcaldía Iztapalapa, reconocieron la labor del canino con una figura tejida conmemorativa.

En homenaje a la labor realizada por el perro rescatista Proteo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

El perro rescatista se convirtió en el símbolo de búsqueda y rescate en el sismo ocurrido en Turquía y que falleció al cumplir sus labores de apoyo a la población.

El crochet es una de las actividades que se imparten en el centro femenil como parte de la capacitación para el trabajo y que tiene la finalidad de que las mujeres desarrollen habilidades que les permitan autoemplearse al obtener su libertad.

Además de la figura de “Proteo”, hay a la venta otros personajes que son elaborados con estambre de diferentes colores, ojos movibles, nariz, hilos de diferentes colores y silicón líquido.

El astrónomo Zeus Alberto Valtierra, profesor de la Facultad de Ciencias de la UNAM, capacitó y asesoró a 20 internos del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente de la Ciudad de México (CDMX) para elaborar lentes especiales.

Los visores fueron creados en el marco de las estrategias para una reinserción integral y de forma conjunta entre la Subsecretaría del Sistema Penitenciario y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

De acuerdo con información de la Secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina (SSC), las láminas con las que cuentan estos visores son de polímero negro de una marca especial.

 

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