Uno de los grandes cuestionamientos que nos hacemos de forma constante es ¿qué tipo de piel tengo?, esto se debe a que muchas veces confundimos ciertas reacciones que nos llevan a elegir cremas, sueros y jabones de forma incorrecta, aumentando las molestias.
 
La piel deshidratada aparece cuando a esta le hace falta agua; puede picar, puede lucir opaca e incluso ser dolorosa. Si bien la piel deshidratada puede ser molesta, su tratamiento es sencillo y solo requiere de una buena línea de cuidado y de modificar ciertos hábitos. Ojo, la piel deshidratada no es lo mismo que la piel seca, aunque ambas pueden estar presentes al mismo tiempo.
 
Los tipos de piel se catalogan en normal, mixta, seca y grasa. Es importante considerar quela piel seca es un tipo de piel, mientras que la piel deshidratada se considera como una condición cutánea, estos pueden aparecer conforme crecemos o incluso con el cambio de estación.
 

Mi tipo de piel es seca, ¿cómo la identifico?

 
Cuando tienes la piel seca, significa que tu piel carece de aceites naturales o sebo y puede dar entrada a enfermedades como psoriasis y eccema. ¿Qué hacer? Es necesario humectar con una crema emoliente y suave para retener agua en la piel transpidérmica. Esta debe ser de preferencia para pieles sensibles, de esta manera le darás a tu piel lo que necesita sin exponerla a molestias extras.
 
¿Cómo saber si tu piel está deshidratada? Basta con pellizcar una parte de tu piel para determinarlo.
 
Beatriz Magrassi, dermocosmiatra de Sopharma pH5 te dice cómo:
 

“Toma una pequeña porción de tu piel alrededor del área de las mejillas y aprieta ligeramente. Si notas alguna arruga o si la piel no se recupera rápidamente después de soltarla, es posible que tu piel esté deshidratada”, dijo.

A diferencia de la piel seca, la deshidratación se puede tratar con cambios en el estilo de vida. Reponer la hidratación es el primer paso importante, por lo que es importante beber mucha agua.

“Para poder revertir una piel deshidratada, es importante realizar algunos cambios en el día a día; por ejemplo, beber alcohol con moderación, reducir la ingesta de café, alejarse del tabaco, dormir lo suficiente y desde luego, aumentar el consumo de alimentos de origen vegetal como frutas, verduras y legumbres”. Concluyó Magrassi.

Modificar hábitos, clave para mejorar el aspecto de la piel

 
Por otro lado, La piel seca es más difícil de tratar, pero no imposible. Actualmente contamos con líneas especializadas en pieles sensibles que aportan lo necesario para la mejora cutánea. 
 
Así que recuerda, si te sentiste identificado con este texto y vives incómodo en tu piel, la solución está en modificar algunos hábitos, utilizar un humectante hecho para pieles secas que no sea grasosa y esté libre de aceites minerales y sobre todo, la constancia.
 
 
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