¿Quién paga el gas, manda el lunch con fruta y estira la quincena al máximo para tener dinero en caso de una emergencia? En millones de hogareshogares, la respuesta es la misma: mamá.

Aunque algunas veces no figuran como las proveedoras principales, las madres son la columna vertebral de las finanzas familiares.

Ellas administran, organizan, deciden, comparan, ajustan y hacen magia para que el dinero alcance. Este rol, asumido por necesidad y con frecuencia sin preparación ni acceso a productos financieros, es algo que hemos normalizado pero que es extraordinario.

“Las mamás son administradoras natas. Aunque no hayan tenido una educación financiera formal, muchas desarrollan habilidades intuitivas que les permiten priorizar, negociar y planear con una claridad asombrosa. Sin embargo, esto solo hace evidente la importancia de acercarlas a productos y servicios financieros que les permitan no solo mejorar sus vida, sino también la de su familia”, explica Hugh Bruce, Chief Consumer Officer de Círculo de Crédito, Sociedad de Información Crediticia (SIC).

Las mujeres con desventaja en bienestar financiero

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI) 2023, en términos de bienestar financiero, solo el 17.8% de la población alcanzó un nivel alto, y al diferenciar por sexo, las mujeres presentaron una desventaja de 5.6%, respecto a los hombres en este nivel. Esto refleja que, aunque gestionan los recursos del hogar, muchas no cuentan con las herramientas necesarias para fortalecer su salud financiera.

Bruce añade que la inclusión financiera no debe limitarse al acceso a una cuenta bancaria; implica brindar productos adecuados a sus necesidades, educación financiera constante y acompañamiento para tomar decisiones informadas. Lo cual es clave cuando hablamos de mujeres que equilibran el trabajo remunerado con las tareas de cuidado no remuneradas.

Círculo de Crédito propone acciones para incluir financieramente a mamá

Facilitar el acceso al crédito responsable, con herramientas que les permitan construir o mejorar su historial crediticio sin poner en riesgo su estabilidad económica.

Ofrecer seguros accesibles y productos de ahorro flexibles, pensados para quienes tienen ingresos variables o dependen de la economía informal.

Diseñar programas de educación financiera con enfoque de género, que consideren sus realidades cotidianas y les den autonomía para planificar su futuro.

Reconocer y medir su impacto económico real, tanto dentro como fuera del hogar, para impulsar productos y servicios financieros que las contemplen como protagonistas del bienestar social.

“Cuando una mamá asume el control de las finanzas del hogar, desarrolla hábitos financieros saludables y los inculca, no solo mejora su presente, sino que impacta positivamente el futuro de su familia y su comunidad. Por ello, impulsar la inclusión financiera de las mujeres es esencial para construir una economía más sólida, equitativa y con visión de largo plazo”, refiere Hugh Bruce.

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