En México, el estrés laboral dejó de ser un tema secundario: se convirtió en una de las principales preocupaciones para la salud pública y empresarial.

De acuerdo con un estudio realizado en 2024, el 75% de la Población Económicamente Activa (PEA) en el país experimenta niveles altos de estrés vinculados a su trabajo, y un 79% reporta consecuencias mentales asociadas directamente al entorno laboral.

Frente a este contexto, algunas empresas han comenzado a replantear su forma de cuidar y proteger a sus equipos.

Como aquellas que adoptan beneficios como Betterfly, una plataforma de salud integral para colaboradores a través de soluciones como seguros de salud, beneficios personalizables y herramientas enfocadas en el bienestar físico y emocional.

Además, Betterfly busca apoyar a las organizaciones en la creación de entornos laborales más saludables y sostenibles.

Cuidar la salud, prevenir los riesgos

Según los datos recogidos por Betterfly en su estudio Better Work 2024, sólo el 30% de los colaboradores en México considera que su empresa les ofrece beneficios ajustados a sus verdaderas necesidades.

Entre los factores más valorados destaca la protección, especialmente a través de seguros de salud y acceso a programas enfocados en la Salud Integral, seguida de cerca por la flexibilidad laboral.

Esta percepción pone en evidencia que aún hay un gran camino por recorrer para generar una cultura de trabajo más centrada en las personas.

A esto se suma la creciente incidencia de enfermedades relacionadas con el entorno laboral. Entre las más comunes se encuentran la neumoconiosis, la pérdida auditiva, el dolor de cabeza crónico, las intoxicaciones por químicos y los trastornos musculoesqueléticos, como consecuencia de malas posturas o exceso de carga física.

Pero en los últimos años han cobrado relevancia nuevos padecimientos, como la fatiga visual digital, las enfermedades digestivas por estrés crónico y sobre todo, el burnout, reconocido ya como una enfermedad profesional.

El tratamiento de estas enfermedades representa altos costos tanto para las empresas como para los propios colaboradores.

¿Menos horas, más salud?

La discusión en torno a la transición hacia una jornada laboral de 40 horas en México ha encendido el debate sobre el equilibrio entre productividad y salud mental. Más que un cambio legal, representa un ajuste cultural profundo.

Diversas voces expertas, legisladores y analistas coinciden en que una reducción de jornada podría traer beneficios significativos mayor tiempo de descanso, menor riesgo de enfermedades por sobrecarga, mejores condiciones para la conciliación familiar, siempre que se implemente de manera gradual y consensuada.

Sin embargo, un estudio titulado Work in Progress 2024, elaborado por la empresa de gestión de capital humano Buk, reveló que el 65% de los empleados considera que su productividad mejoraría si se aprueba la reforma que propone una jornada laboral de 40 horas semanales.

Además, el 81% de los mexicanos cree que la conciliación entre la vida laboral y personal mejoraría con la reducción de las horas de trabajo, y el 63% opina que dicha medida disminuiría su estrés laboral.

Este panorama revela un desfase entre las aspiraciones de los equipos y la estructura organizativa de muchas compañías.

Ante ello, el uso de herramientas tecnológicas, como la inteligencia artificial y los sistemas de automatización, puede ser clave para facilitar la transición sin perder eficiencia operativa.

Construir el futuro desde el cuidado

En un contexto donde los tratamientos médicos son cada vez más costosos y donde el talento calificado valora más la salud integral que los incentivos tradicionales, las empresas mexicanas tienen ante sí una gran oportunidad: ser parte activa de un nuevo modelo de trabajo, donde el cuidado integral del colaborador sea prioridad.

 

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