El Reporte Mundial de la Felicidad, realizado por la consultora Gallup, este 2025 se enfocó en los temas de compartir y mostrar afecto a otros.
Múltiples estudios han demostrado que la felicidad está estrechamente asociada con la calidad de las relaciones humanas; los vínculos de solidaridad y afecto son especialmente importantes.
De manera particular, la medida en que las personas se brindan afecto y aprecio entre sí y comparten experiencias y recursos, ofrece evidencia sobre algunas de las diferencias observadas en los niveles de felicidad, entre personas, grupos sociales, y países.
Los principales hallazgos del reporte de felicidad de Gallup
Según el reporte compartir las comidas con otras personas es importante para la felicidad. Con información de 142 países se ha encontrado que este acto tan sencillo pero significativo está fuertemente asociado con la felicidad, con una relevancia comparable al impacto del ingreso y del desempleo.
Quienes comen solos reportan menor satisfacción con la vida y afectos positivos, así como mayor afecto negativos, independientemente de la edad, género, país o cultura.
Los países donde las personas comparten más comidas tienen niveles más altos de contacto social y reciprocidad, y niveles más bajos de soledad. Destaca el aumento en la frecuencia de los estadounidenses que comen solos.
Vivir en compañía, nos hace más felices
El estudio refiere que vivir en compañía de otras personas contribuye a la felicidad. El tamaño del hogar y los vínculos familiares se relacionan con la felicidad.
En un análisis que destaca aspectos de tamaño y configuración de las familias latinoamericanas, se muestra cómo estos factores están asociados con la felicidad de las personas.
Un tamaño de hogar de alrededor de 4 miembros se correlaciona con niveles más altos de felicidad. Las personas que viven solas a menudo experimentan niveles más bajos de felicidad, principalmente debido a menores niveles de satisfacción relacional.
También, las personas en hogares muy grandes pueden experimentar menos felicidad, vinculado, en parte, a una satisfacción económica disminuida. En América Latina, los hogares están integrados, en promedio, por 4 personas, lo que contrasta con países europeos donde los hogares unipersonales cada vez son más prevalentes. Además, en Europa, las personas que viven solas reportan menos satisfacción con la vida que las personas que viven en una situación similar en México.